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CARTAS AL DIRECTOR

Las dos Alemanias

Las Rozas, Madrid

Una Alemania es la del pasado culposo que, como dice Jorge Semprún, "ha hecho un lúcido duelo logrando la reconstrucción de una conciencia nacional alemana, ya democrática y con vocación europea". Suena muy bonito.

La otra Alemania es la que ve mi amiga Marion, hija y nieta de judíos alemanes. Su padre y su tía lograron escapar, al resto los llevaron a Buchenwald, y de ahí nunca se supo.

La Alemania reconstruida es la que debe saber que todavía existen personas como mi amiga que, ante la foto de Semprún abrazándose con Schröder, siente ganas de vomitar. Posiblemente nunca se pueda superar que un padre se haya pegado un tiro en el pecho sabiendo una que lo ha hecho porque vivir con aquel recuerdo infernal le era imposible.

Deberíamos unir las dos Alemanias: la que es felicitada por luchadores como Jorge Semprún y la que, todavía hoy, es vista con recelo por los hijos de las víctimas; ellos y su resentimiento es igual de válido.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de febrero de 2003