La huelga de los trabajadores de ambulancias de Navarra entró ayer en su quinta semana con 170 de los 232 empleados que secundan el paro encerrados en sus empresas y en huelga de hambre. Al menos siete de ellos han tenido que ser atendidos en hospitales por afecciones de salud derivadas de esta medida de protesta que ha dejado sin personal para atender las urgencias a las bases de ambulancias de Alsasua, Tafalla, Lesaka y Estella.
El comité de huelga, integrado por UGT, CCOO, ELA y LAB, se reunió ayer con la patronal mayoritaria del sector, Aenat, que emplea al 65% de los trabajadores y se había negado hasta el momento a negociar con los huelguistas. La reunión concluyó con un rotundo fracaso. Manuel Gómez, responsable de la Federación de Transportes de UGT, señaló que Aenat (formada por las empresas Ambulancias Azul y Ambulancias Baztán-Bidasoa) recalcó que el Gobierno foral le exige que reclame a los huelguistas el cumplimiento de los servicios mínimos antes de discutir un convenio sectorial.
"Siempre hemos repetido que el decreto de servicios mínimos es abusivo y su cumplimiento significaría el trabajo para el 100% de las plantillas", reiteró Gómez.
Los huelguistas pretendían plantear a Aenat el preacuerdo alcanzado la pasada semana con la segunda agrupación empresarial del ramo, la minoritaria Aeman: una subida salarial escalonada de 210 euros en los tres próximos años y la creación de varios pluses económicos. La plantilla cobra actualmente un salario medio de 691 euros mensuales y se niega a rebajar los términos de dicho preacuerdo.
Suspensión de pagos
Fracasado el nuevo intento negociador, los trabajadores de las cinco empresas en paro continúan con su huelga de hambre, iniciada el pasado fin de semana. Algunos huelguistas han recibido la baja médica por motivos psicológicos y estrés. Estos hechos han motivado que las urgencias, únicos servicios que atendían hasta ahora los huelguistas, no puedan ser ya cumplidas por las dotaciones de Alsasua, Lesaka, Tafalla y Estella. Los trabajadores se niegan a trasladar a enfermos con consultas hospitalarias programadas y a llevar a sus casas a pacientes con alta médica.
La empresa Ambulancias Iruña, una sociedad anónima laboral con más de 70 trabajadores, ha presentado ya suspensión de pagos por esta situación.
El presidente foral, Miguel Sanz, reiteró ayer que su Ejecutivo sólo puede "mediar" entre trabajadores y empresarios, pero no aumentar el sueldo a los huelguistas porque ello vulneraría los términos de los conciertos de prestación de servicios y la propia ley foral de Contratos. "Un preacuerdo de eficacia global nos daría un margen de maniobra", señaló Sanz, cuyo Gobierno ha esbozado la posibilidad de crear una empresa semipública para atender el servicio de transporte sanitario y desbloquear el conflicto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de febrero de 2003