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CARTAS AL DIRECTOR

Caudillos

En el año 1957 trabajaba yo en tierras de Almería cuando recibimos la visita del caudillo. El séquito de tropecientos coches recorrió primero las tierras de Aguadulce y luego las de Níjar. En Níjar precisamente, el ministro de Agricultura se dio cuenta de que la visita iba muy rápida y se detenía en pocas ocasiones, por lo que dijo al caudillo: "Señor, quizá deberíamos hacer algún alto para dar tiempo a que los periodistas puedan tomar sus notas". Pero el caudillo le contestó lacónico: "Que lean mañana los periódicos".

La persistente negativa del señor Aznar a comparecer en el Parlamento a discutir la posición de España en el próximo conflicto de Irak me ha recordado la anécdota caudillera. Ahora, por fin, parece que hoy nos va a deleitar con su verbo, pero sin derecho a que los representantes de la soberanía popular puedan expresar con su voto la aprobación o rechazo a la política de supeditación al ardor guerrero de míster Bush. Claro que al día siguiente podremos leer los periódicos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 5 de febrero de 2003