Leo complacida el artículo sobre estudiantes que cursan dos carreras simultaneando estudios. Me parece difícil encontrar en un joven una actitud más loable y enriquecedora para sí mismo y para la sociedad en la que se desarrollará y trabajará. Pero lamentablemente las cosas son aún más complicadas de lo que deja ver el artículo: a la falta de ayudas oficiales se une la actitud de una universidad como la Politécnica. Algunos de sus Centros se encargan de entorpecer o hacer directamente imposible esta actitud tan saludable, con prácticas como negar la posibilidad de simultanear estudios en éstos o no reconociendo como créditos de libre configuración los obtenidos cursando asignaturas en otra carrera en la Universitat. Una actitud cerril y profundamente conservadora deudora quizá de la casposa mentalidad elitista de ciertos sectores de la Politécnica, o quizá del secular menosprecio de los mismos hacia los estudios humanísticos.
Nada más opuesto a la imagen moderna y abierta que la Universidad Politécnica pretende dar. Nada más vergonzoso para una universidad que cerrar vías a las inquietudes y aspiraciones intelectuales o culturales de alumnos ejemplares. Sirva esto de denuncia, ya que, de nuevo, todos perdemos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 6 de febrero de 2003