El presidente argentino, Eduardo Duhalde, es un entusiasta de la pesca de tiburones, como el que muestra en la foto, de 120 kilos y 2,6 metros, en el puerto de Punta Alta. Duhalde aprovecha los huecos de su agenda para dedicarle tiempo a esa afición, un respiro tras el acuerdo con el FMI. Ayer, mientras tanto, el Banco Interamericano de Desarrollo aprobó un nuevo préstamo de 1.500 millones de dólares para Argentina.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 6 de febrero de 2003