El presidente del Gobierno, José María Aznar, utilizó el pasado domingo todos los recursos del diálogo y la negociación que tenía olvidados desde hacía casi un año y medio con algunos líderes de la oposición para evitar a toda costa quedarse solo en su apoyo sin matices a la política belicista de George W. Bush. Citó primero al secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, para reclamarle su adhesión, y luego llamó por teléfono al presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol. Tampoco tuvo éxito. A Pujol, de gira durante estos días como conferenciante en Estados Unidos, le intentó convencer de que entre él y sus amigos el primer ministro británico, Tony Blair, y el italiano, Silvio Berlusconi, estaban intentando reconducir a Bush al cobijo de las Naciones Unidas para que se amparase en otra resolución de la ONU antes de invadir Irak.
Pujol, que fue crítico con otros comportamientos de Aznar y su Gobierno sobre la guerra y sobre su incomunicación total con la oposición en toda esta legislatura, valoró, sin embargo, esa iniciativa de presión diplomática del presidente español y su facilidad actual para contactar con Bush. El veterano dirigente catalán destacó ese dato para rebatir a los que acusan a Aznar de hacer sólo seguidismo: "Aunque Bush cree que ya estaría justificada una intervención, Aznar, Blair y Berlusconi le dicen 'espérate y deja que los inspectores trabajen más, aguarda a una segunda resolución".
"Brecha" con EE UU
Pero no está contentó Pujol con la "brecha" cada vez más evidente abierta entre Estados Unidos y algunos países importantes de Europa, agigantada por culpa de la posible guerra contra Irak. Pujol defendió ayer la viabilidad y el sentido específico de la ONU para abordar estos asuntos ("para eso está"), apuntó que su partido no se ha movido de esa posición desde el verano, y lamentó la "precipitación" del Gobierno español en este caso al aliarse con EE UU. Pero no quiso "encrespar" o hacer saña contra Aznar y los otros líderes europeos que se apresuraron a romper la unidad en la política exterior de la Unión Europea.
CiU quiere una nueva resolución de la ONU antes de la guerra y mientras tanto apoyará las manifestaciones y las plataformas en contra del conflicto. En concreto, Convergència se ha sumado a la plataforma Paremos la guerra y participará en la manifestación del día 15. Pero Pujol no asistirá: "Yo no he ido nunca a manifestaciones de este tipo ni iré, lo que me corresponde a mí son manifestaciones nacionalistas o antiterroristas".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 6 de febrero de 2003