Usted ya sabe quién soy; soy la ex alcaldesa de Cardona y ahora diputada al Parlament de Catalunya por el PSC, la que aceptó contra la voluntad de alguno de sus compañeros de consistorio estudiar -nunca aceptar sin consentimiento de los ciudadanos y ciudadanas de Cardona- que dentro de la mina de sal se pusiera un vertedero de residuos tóxicos. Sabe, presidente, que no le he votado, pero que le respeto. Quiero comunicarle mi decepción -no rencor- por perder la alcaldía gracias a la buena jugada de que los primeros opositores al vertedero fueran la gente de CiU, lo que ha llevado a que ahora el alcalde de mi pueblo sea un independiente, próximo por sus actuaciones a la política de Aznar, pero creo que a CiU ya le va bien porque ese es su juego, predicar un rechado al PP y luego gobernar con ellos.
Usted, presidente, nos dice en una reciente entrevista periodística que podemos confiar en comprarle un coche de segunda mano a Mas, y quiero decirle que los catalanes, tanto si votan a CiU como si no, no le tienen que comprar ni un patinete de tercera mano, ya que si es capaz de manipular, él o sus talibanes, los resultados de unas encuestas y presentarlas en el Parlament como reales para favorecerlo, de confianza nada.
Señor presidente, acabe su mandato y deje que los ciudadanos y ciudadanas de Cataluña escojan con buen criterio a quien mejor represente sus inquietudes y aspiraciones. Sea usted presidente de todos los catalanes y no sólo de los que votan a CiU.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de febrero de 2003