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Abucheos a la ministra Pilar del Castillo en un desfile de la Pasarela Gaudí

Con pegatinas pacifistas en la mayoría de las solapas del público y los profesionales de la moda y abucheos antibélicos fue recibida ayer la ministra de Cultura, Pilar del Castillo, en la Pasarela Gaudí de Barcelona. Llegó la ministra al desfile del diseñador belga Dirk Schönberger y pudo leer en el dorso de una chaqueta: "La guerra se acaba si tú quieres". Del Castillo se defendió del acoso ambiental -incluso se le intentó colocar una pegatina de protesta, cosa que rechazó- pronunciándose a favor de la paz. Preguntado por su opinión acerca de la militancia a la que se ha lanzado la pasarela catalana, el diseñador Antonio Miró manifestó: "Estoy de acuerdo en que cualquier medio se politice, si su fin es para bien. Estoy totalmente de acuerdo y digo NO, con mayúsculas, a la guerra".

El rechazo a la guerra y las críticas a la catástrofe ecológica provocada por el Prestige han robado protagonismo a las tendencias que se presentan desde el martes en esta primera edición de la Barcelona Fashion Week, nueva denominación en inglés de la pasarela, que, como detalle promocional, no ha sido recibido con igual entusiasmo por el sector. La minifalda de vértigo, el negro y el estampado camuflaje avanzan algo de lo que vestirán hombres y mujeres en el próximo otoño/invierno.

Ayer, Pilar del Castillo iba acompañada en la pasarela por el presidente de Moda Barcelona, Paco Flaqué y la delegada del Gobierno en Cataluña, Julia García Valdecasas. Tras saludar al alcalde de Barcelona, Joan Clos, y felicitar en inglés a Schönberger, la ministra se refirió al ambiente prebélico: "Esas cosas, ahora, no me merecen ningún interés". Y sobre la polémica de los Goya recalcó: "Cada uno puede decir lo que quiera". De moda sólo dijo que le parecía interesante y que había visto alguna cosa de hombre que incluso a ella podría sentarle bien.

Además de propuestas de guerra, la próxima temporada se vestirá de negro. Ahora tocan pantalones de camuflaje, guerreras al más puro estilo militar, faldas muy cortas y gabardinas. Lydia Delgado presentó terciopelos estampados, punto y mallas. La diseñadora, que no ha presentado uno de sus mejores desfiles, sugiere el retorno a la línea depurada, y no exenta de fantasía, que recuerda a los bohemios de Bloombury. Tampoco entusiasmaron, el miércoles, Victorio & Lucchino, que recargaron hasta lo imposible sus vestidos ajustados en tallas mínimas, profusamente adornados de volantería diagonal y fantasía.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de febrero de 2003