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Protesta por el grave abandono del Centre Social del Grau de Valencia

"No paran de inaugurar nuevos y grandes edificios por todos lados, pero aquí se nos cae el centro a trozos". Así se expresaba ayer una profesora del Centre Social del Grau, en la calle de Jerónimo de Monsoriu de Valencia, a propósito de las condiciones en que un puñado de profesionales atiende a cerca de 2000 alumnos, entre niños, jóvenes y personas mayores. Goteras, techos desconchados, persianas inutilizables, cortes de luz... "No hay calefacción y cada vez que enchufamos dos estufas nuestras al mismo tiempo salta la luz; desde luego lo peor es la instalación eléctrica", comenta Carmen Sarrió, presidenta de la asociación de profesores del centro social.

Ayer, alumnos y profesores se concentraron para protestar por el estado del antiguo edificio, y entregaron a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que inauguró una piscina en el cercano Jardín de Ayora, una carta con los problemas del centro, que depende ahora de la Consejería de Cultura, tras pertenecer a Bienestar Social y al Ivaj. "Se pasan la pelota y nunca se arregla nada", concluye una profesora sobre el papel de la Administración.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de febrero de 2003