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Venezuela intenta sortear la crisis fijando controles de cambio y precios

La economía venezolana amaneció sometida a severos controles de cambio y precios con los que el Gobierno de Hugo Chávez intenta cortar una intensa fuga de divisas y encorsetar la desbocada inflación, que alcanzó el 2,9% en enero. El bolívar se ha devaluado más de un 100% frente al dólar en los últimos 12 meses. Los empresarios temen que el Ejecutivo utilice esas medidas para vengarse de ellos por haber participado en la huelga general que concluyó el domingo pasado, tras 63 días de protestas.

Al filo de la medianoche del miércoles, el presidente anunció las medidas económicas de emergencia, tras responsabilizar de la grave situación que atraviesa el país a los líderes que convocaron la huelga contra el Gobierno.

El nuevo régimen cambiario elimina la libre convertibilidad de la moneda y deja en manos de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) la asignación de moneda extranjera a los solicitantes públicos y privados. El tipo de cambio inicial se ha fijado en 1.596 bolívares por dólar para la compra y 1.600 bolívares para la venta. La cotización será revisada periódicamente para evitar que se desfase, como ha ocurrido en controles cambiarios anteriores (de 1983 a 1989 y de 1994 a 1996).

Chávez explicó que es "como un torniquete" para detener la hemorragia ocasionada por los ataques especulativos contra la moneda, que han mermado las reservas internacionales. En enero, éstas cayeron en cerca de 1.000 millones de dólares, y actualmente rondan los 14.000 millones de dólares.

La principal organización empresarial recibió con críticas las medidas. El vicepresidente de la patronal Fedecámaras, Albis Muñoz, pronosticó que éstas no podrán reflotar la economía, sino que terminarán de hundirla.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de febrero de 2003