Ángel Corcóstegui, ex vicepresidente y ex consejero delegado del SCH, obtuvo más de 110 millones de euros brutos como compromiso de pensiones y por su jubilación anticipada, ya que tenía 50 años cuando abandonó el SCH, en febrero pasado. Esta cantidad incluye todos los fondos de pensiones dotados desde su llegada al Central Hispano, en 1994. El montante total fue aprobado por el banco y forma parte de los acuerdos de fusión.
El 13 de febrero de 2002, Ángel Corcóstegui Guraya, (Bilbao, 1951), anunció que abandonaba el SCH, entidad en la que era vicepresidente y consejero delegado desde la fusión del Santander y el Central Hispano, en enero de 1999. Corcóstegui sorprendió a los mercados con esta operación y también con su marcha de la entidad, tres años después. El importe económico recibido por Corcóstegui al abandonar el banco responde al contrato de alto ejecutivo firmado con la entidad y se ajustó a los pactos de fusión, en los que también se recogía el bonus extra de 43,5 millones de euros que recibió el ex copresidente José María Amusátegui en agosto de 2001.
El importe final, algo más de 110 millones de euros brutos, es una masa que se detrae del caudal del banco para satisfacer compromisos que anualmente se satisfacen. En caso de fallecimiento de Corcóstegui, su viuda cobraría la mitad de este importe. El montante se calcula en función del último sueldo anual y el bonus más alto históricamente percibido por el ejecutivo. Para llegar a la cifra final se realizó un cálculo actuarial teniendo en cuenta la esperanza de vida y que obliga a la entidad a provisionar el desembolso.
En el ajuste definitivo de la remuneración de Corcóstegui contó especialmente el hecho de que se hubiera jubilado con 50 años y que no puede trabajar en ninguna entidad financiera. Dicha retribución ha sido percibida en una cuenta especial remunerada, que está sujeta a las correspondientes retenciones fiscales.
El Santander Central Hispano se ha hecho cargo de los 15 años que faltaban desde que Corcóstegui se fue del banco hasta su jubilación oficial. Además, se incluyen los fondos de pensiones que ha acumulado desde su llegada como consejero delegado al Banco Central Hispano, en 1994. Lo que queda la margen de este cálculo son las opciones sobre acciones que ha recibido en el SCH. En la retribución de Corcóstegui se ha tenido en cuenta el saneamiento realizado en el antiguo BCH -al borde de la quiebra- y la mejora posterior del SCH bajo su gestión, así como la apreciación de ambos en Bolsa.
Corcóstegui, que ahora pasa a estar en la cabeza del ranking mundial de indemnizaciones de ejecutivos, llegó al BCH con el apoyo del Banco de España. La entidad estaba a la deriva por la mala digestión de la fusión del Central y el Hispano. Corcóstegui, fogueado en las batallas entre los directivos del Bilbao y Vizcaya, ganó gran prestigio en el sector financiero al lograr enderezar la entidad, mientras, cosas del destino, Alfredo Sáenz (su sustituto en el SCH) hacía lo propio con Banesto, intervenido por la autoridad monetaria a finales de 1993.
Retraso de la junta
Todos los detalles sobre los pagos estarán recogidos en la Memoria de la entidad que se entregará en la junta ordinaria de accionistas del próximo junio. La junta estaba prevista para el 22 de febrero, pero el banco ha decidido aplazarla por las incertidumbres políticas y económicas actuales.
También ha pesado en esta decisión el proceso judicial abierto en la Audiencia Nacional, en el que Emilio Botín, presidente del SCH, y José María Amusátegui, ex copresidente, han declarado ante la juez Teresa Palacios. El proceso se inició por una querella interpuesta por Francisco Franco Otegui, abogado cercano a Rafael Pérez Escolar, por el bonus que recibió Amusátegui al abandonar el banco en agosto de 2001. Amusátegui y Botín sostuvieron que el pago estaba recogido en los acuerdos de fusión.
Franco Otegui les acusó de delito societario. Pérez Escolar ha presentado 23 querellas contra el Santander Central Hispano y la mayoría de ellas han sido desestimadas. El Banco de España ha sancionado a Pérez Escolar, que también está condenado por el Supremo por su gestión en Banesto junto a Mario Conde.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de febrero de 2003