En tarde lluviosa y de novillos de Capea que lucieron buena casta, un tal Martín Quintana exhibió buen toreo, sentido de las distancias y profundidad.
El novillero extremeño estuvo muy centrado y realizó faenas completas en sus dos novillos. A su primero, que tenía mucha calidad, pero las fuerzas justas, lo recibió con verónicas que por el lado derecho resultaron de caro perfume. El trasteo fue largo, y sin embargo excelente, por el gusto, reposo y enjundia. Se superó en el quinto, pues además de templar había que mandar, en derechazos y naturales que barrieron la arena, y en varios momentos repicaron a gloria.
Carlos Gallego, desigual en su primero, en el que tuvo destellos de calidad, se creció en su segundo, que le dio una fortísima voltereta, y dibujó encendidas series de buenos derechazos. Y Andrés Palacios, de corte clásico y de fría interpretación, no se acopló en su primero, y en el sexto, un bonito quite a la verónica y dos series de redondos de tersa elegancia, sin terminar de redondear faena, dejaron cumplida muestra de sus maneras.
Gutiérrez / Gallego, Quintana, Palacios
Novillos de Pedro y Verónica Gutiérrez / Carmen Lorenzo, desigualmente presentados, con cuajo, mansos en el caballo y encastados en la muleta, que dieron buen juego; 2º y 5º, aplaudidos en el arrastre. Carlos Gallego: silencio y ovación. Martín Quintana: oreja en los dos. Andrés Palacios: silencio en ambos. Plaza de Valdemorillo, 7 de febrero. 4ª de feria. Menos de media entrada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 8 de febrero de 2003