La Asamblea de Directores de Cine (Adirce) manifestó ayer su "repulsa" por las primeras declaraciones, tras la gala de los Premios Goya, del presidente de la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales de España (FAPAE), Eduardo Campoy, en las que calificó de "desfachatez" el acto. Los cineastas le acusan de "servilismo y oportunismo político". Campoy criticó en un primer momento el desarrollo de la gala y pidió la dimisión de la presidenta de la Academia, Marisa Paredes, aunque esta misma semana, tras la reunión de la junta directiva de la Academia, que respaldó a su presidenta, declaró que fue una equivocación y que es el momento de "cerrar heridas".
Adirce expresa, en un comunicado difundido ayer, su apoyo a la ceremonia de los Goya y muestra "igualmente su adhesión a las acciones posteriores manteniendo dicha postura de 'No a la guerra".
Los directores recuerdan que la Constitución ampara la libertad de expresión. Aunque la asociación se declara "poco conforme hasta la fecha con el espíritu de la Academia, fundamentalmente por su dependencia del modelo hollywoodense, incluyendo sus fastos", considera que la última edición de los Goya "ha respondido a la concepción del cineasta como ciudadano comprometido con su tiempo".
Los directores de cine también denuncian "la campaña de determinados medios de comunicación, incitando a una especie de caza de brujas insinuando la posibilidad de que se lleven a cabo represalias por parte de los poderes públicos".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 8 de febrero de 2003