A dos meses de la inauguración del túnel de María de Molina, determinados vecinos de las calles de Clara del Rey, Corazón de María y del colegio Claret, donde estudian nuestros hijos, estamos preocupados por las grietas y daños estructurales que esta obra nos causa. Es alarmante el silencio del director del colegio, incomprensible el del Ayuntamiento e indignante la postura de la constructora.
¿Cómo y cuándo se van a reparar estos daños? ¿Quién se hace responsable y asume las consecuencias económicas y personales? ¿Qué riesgos corremos? Quiero saber quién tiene que dar las respuestas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 8 de febrero de 2003