Madrid, día 18 de enero, sábado, 10.35 de la mañana. Me dispongo a tomar un autobús de la línea 125 en la parada de Arturo Soria, 315, para dirigirme a Mar de Cristal. Llevo un troller y un bolso de mano y, cuando voy a subir al autobús, me dice el conductor qe no permite esos elementos de viaje. "Son normas de la empresa". A pesar de mi insistencia, por la urgencia de tener que llegar al aeropuerto, no consigo entrar en el autobús: el conductor arranca bruscamente dejándome en tierra. Algunos amigos y vecinos se extrañan, porque a ellos no les pusieron pegas en idéntica situación. ¿Es norma de la empresa prohibir el acceso a los autobuses con un sencillo equipaje o bien fui victima de un capricho? Porque me niego a pensar que la causa de todo fue mi condición de extranjero.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 8 de febrero de 2003