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CARTAS AL DIRECTOR

Sobre Mangouras

Me alegro mucho de que el capitán Mangouras quede en libertad porque, les guste o no a algunos, al mando del Prestige actuó de manera impecable. El barco, como consecuencia de la rotura de un forro, escoró y comenzó a verter la carga. Entonces él llenó los tanques de lastre centrales para adrizarlo y, como buen técnico, sabedor de los esfuerzos que estaba soportando el buque en ese momento, buscó costa, a la vez que comunicó la grave situación de su barco a las autoridades marítimas españolas y a su armador. Justo en ese momento vinieron las decisiones políticas: se quitó el mando al capitán; se empezó a jugar con un barco de verdad como si de una zodiac se tratara: rumbo para aquí, rumbo para allá... Mientras tanto, los materiales seguían fatigándose: ¿cómo se puede dar la orden de alejar un buque cuyos esfuerzos longitudinales estaban sobrepasados en un 63%? Ésta y otras decisiones parecidas fueron, además de equivocadas, osadas, pues quienes las ordenaron se permitieron el lujo de obviar las leyes de la física.

Hecho el mal, duele ver el torrente de declaraciones inconsistentes y demagógicas que han hecho Gobierno y oposición, pues también estos últimos (sí, los que se erigen en paladines de la ecología y no se cansan de decir lo bien que lo habrían hecho ellos) caen en los mismos errores que los primeros; a saber:

- La utilización banal de la expresión "banderas de conveniencia" (¿dónde creen que navegamos la mayoría de los capitanes españoles?). ¿Y nadie sabe que, desde el punto de vista de la seguridad, lo importante no es la bandera, sino la sociedad de clasificación de un barco?

- Pedir corredores marítimos a 100 millas de la costa. ¿Es que no ven en el atlas de sus hijos que hay zonas de paso inevitables para el petróleo como el Canal de la Mancha, Canal de San Jorge, Gibraltar o todo el Mediterráneo?

- Decir que esto ha pasado porque el Prestige es un barco chatarra. Al Exxon Valdez y al Amoco Cádiz les pasó lo que les pasó, y llevaban muy pocos años funcionando.

- Calificar de piratas a las compañías que salvan barcos a porcentaje. Sólo puedo decir que, si hubieran dejado negociar a estas compañías (que no tienen nada de piratas y cumplen todas las leyes del Derecho Marítimo), otro gallo nos cantaría.

Por todo lo anteriormente expuesto, no me cabe en la cabeza que haya permanecido en prisión un señor que actuó como lo habría hecho cualquier profesional del mar; un señor que no traicionó las leyes físicas que rigen la construcción naval y que además se preocupó de poner a salvo a su mal pagada tripulación.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 8 de febrero de 2003