Difícil la tarea de criticar al crítico que tiene la osadía de elaborar vino, como es el caso de Víctor de la Serna. Y en este caso hay que señalar que ha tenido arrestos y se la ha jugado con la primera elaboración. En la zona elegida, Manchuela, no hay referentes de alta calidad, lo que facilita las cosas. Pero el potencial es inmenso, como evidencia Finca Sandoval, un fulgor en la mediocridad imperante. El vino está diseñado a la última, concebido a lo grande. Sólo por esto merece ser saludado. El concepto: concentración y fruta sin complejos. Resulta así un vino de inesperada estructura, muy tánico, carnoso y corpulento. En la nariz, los aromas de los distintos varietales crean un paisaje frutal complejo, con la excelente madera perfilando las notas de sotobosque. Puede apreciarse, aunque tenue, cierta resonancia mineral. Sin embargo, la opulencia hace que nada resalte suficientemente, que falten las notas de contrapunto, la vibración profunda que estimula y emociona. Por el contrario, cierta pastosidad y un golpe ardiente le quita finura y armonía. Dos asignaturas pendientes para un vino que promete grandeza.
Finca Sandoval 2001
CM-322, kilómetro 26,800. 16237 Ledeña (Cuenca). Teléfono: 696 91 07 69. DO: Manchuela. Precio: 15 euros. Tipos: tinto crianza, 14,5%. Cepas: syrah y otras. Consumo preferente: medio plazo. Temperatura de servicio: 17° C. Puntuación: 8,6/10.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 8 de febrero de 2003