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OPINIÓN DEL LECTOR

Puerta de Hierro

En 1964, la clínica Puerta de Hierro fue un punto de encuentro atractivo y emergente para jóvenes profesionales de la medicina. Aquel contacto y aquella amalgama fraguaron un sistema de actividad hospitalaria revolucionario: la formación de médicos internos y residentes (MIR).

El compromiso de todos los que participamos durante aquellos años en la empresa convirtió a ésta en hospital moderno y modelo. Pero es justo reconocer que por encima del esfuerzo de todos siempre hubo vectores o mimbres de algunos, con mayor capacidad científica y humana. Y, hasta donde soy capaz de escudriñar y sentir, sin duda fue Alberto Durántez Martínez, quien con su manera de saber, su manera de hacer y su manera de decir, más contribuyó a elevar el listón de los compromisos de todos. Gracias, Alberto, por tú ejemplo y amistad.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 9 de febrero de 2003