Las familias españolas que invierten en Bolsa prefieren comprar las acciones directamente en el mercado de valores que acudir a un fondo de inversión. Una participación más activa en la gestión de sus ahorros, unida al carácter histórico de muchas carteras, que pasan de padres a hijos, provocan que los fondos de inversión apenas tengan un 1,71% del valor de las acciones que cotizan en el mercado nacional, frente al 28% de posesión directa.
Este escaso porcentaje, al que también ha contribuido la menor rentabilidad de los fondos, hace poco eficaz la nueva regulación que pretende que los fondos se presenten en las juntas de accionistas para hacer valer sus derechos e influir en el gobierno de las empresas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 9 de febrero de 2003