El Estado italiano indemnizará con una suma récord de cuatro millones de euros a un ex empresario que pasó siete años y medio en prisión por un delito de tráfico de drogas que no había cometido. Daniele Barillà, calabrés afincado en Génova, donde había montado una pequeña empresa, fue detenido en 1992 con la grave acusación de tráfico de cocaína, en una operación dirigida por dos famosos policías italianos, Michele Riccio y el capitán Ultimo, que un año después detendría en Sicilia al jefe de Cosa Nostra, Salvatore Riina. Condenado a 15 años de prisión, la detención de Riccio en 1997, acusado de pagar con droga a sus confidentes, permitió que su caso fuera analizado de nuevo por los jueces, que encontraron numerosas irregularidades en el sistema de recogida de pruebas de los "superpolicías". Varios testigos declararon, además, que Barillà no tenía nada que ver con el tráfico de cocaína, por lo que el empresario fue absuelto en 2000. Para entonces, su pequeña empresa había quebrado, la novia le había dejado y su padre había muerto de un ataque al corazón. Barillà reclamó a la justicia una indemnización de seis millones de euros, y el día 7 el tribunal de apelación tasó en cuatro millones de euros el valor de su vida rota. Pese a la enorme suma de dinero recibida, Barillà no está satisfecho: "Me marcho de Italia", ha declarado, "ni siquiera me han pedido perdón".-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 10 de febrero de 2003