Al menos tres testigos declararon ayer que vieron cómo las dos acusadas de intentar matar a un bebé en La Palmilla, Oksana N.C., y María P.C., ambas ucranias, golpearon a la niña contra un pared el 14 de octubre de 2001, poco después de que la primera diera a luz. En el inicio del juicio, la madre de la niña dijo que no recordaba nada de lo sucedido y negó haber dañado a su hija. El fiscal pide para ella 15 años de prisión.
La primera testigo vio desde su ventana cómo la mayor de las acusadas, María P. C., de 50 años, "sacudía contra el muro de piedra" un paquete, que resultó ser un bebé envuelto en sábanas y trapos. Aseguró que decía "no problema, no problema, un perrito". Una segunda testigo también declaró que la madre intentó coger de nuevo al bebé "y tiró de la sábana para que cayera al suelo".
Una tercera persona declaró que la madre del bebé "le dio una patada y cayó por el bordillo". Además, esta testigo coincidió con la primera en que tuvieron que sacar de la boca de la niña hierba y tierra, aunque no pudieron precisar si la pequeña tenía alguna herida, realizada supuestamente con las mismas tijeras que las acusadas utilizaron para cortar el cordón umbilical. Otros dos testigos, que pasaban por el lugar en ese momento, indicaron que forcejearon con las mujeres para que les entregasen la bolsa, desde donde salió un gemido que les hizo entender que había un niño.
Los doctores que examinaron a la pequeña en el hospital declararon que la madre no presentaba ninguna alteración mental de tipo psicótico y que "no tenía" sentimiento de culpa por lo que había pasado.
Por su parte, la madre negó en respuesta a su abogado que tuviera la intención de hacer daño al bebé y reiteró en dos ocasiones que el tener ese hijo no iba a suponer un problema para su vida. Oksana dijo que salió aquel día de casa para "dar un paseo". Antes había tomado dos aspirinas, que le calmaron unos dolores, tuvo ganas de hacer sus necesidades, hizo un esfuerzo "y el bebé salió". A preguntas del Ministerio Fiscal, la acusada no pudo explicar cómo la niña tenía heridas, ya que dijo que se desmayó, y aseguró que tanto la sábana como las tijeras eran de María y que fue ésta quien las llevó en una bolsa todo el tiempo. Tras el parto, sólo recordó que el paquete, donde se encontraba el bebé, estaba a su lado y que estuvo forcejeando con un hombre para tenerlo. La otra acusada aseveró que "no golpeó" a la niña.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 11 de febrero de 2003