Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
AMENAZA DE GUERRA | Las posiciones en la Unión Europea

Aznar mantendrá hoy su apoyo a EE UU en el debate con Schröder sobre la solución para Irak

El presidente del Gobierno considera que la misión de los inspectores no puede ser ampliada

En Berlín no hay grandes esperanzas y en La Moncloa se asegura que el presidente del Gobierno, José María Aznar, no cederá un ápice en un principio esencial de su apoyo al presidente estadounidense, George Bush, en la crisis de Irak: que el trabajo de los inspectores es simplemente certificar la destrucción de armas de destrucción masiva por Sadam Husein, no encontrarlas. El canciller alemán, Gerhard Schröder, viajará, no obstante, hoy a Lanzarote para intentar convencer a Aznar de que apoye el plan germano-francés de intensificar las inspecciones como medio para evitar la guerra.

Aznar y Schröder hablaron largo y tendido el pasado jueves por teléfono, de modo que no pueden llamarse a engaño sobre la profundidad de sus divergencias en un asunto que culmina una larga serie de desencuentros en el plano internacional, y muy concretamente en el seno de la UE.

Las relaciones económicas y sociales hispano-alemanas -segun-do socio comercial europeo después de Francia, con más de 500.000 residentes en España, frente a los 150.000 españoles que siguen en Alemania- no parecen haberse resentido por este estado de cosas, aunque el turismo germano hacia España esté en ligera decadencia. Pero es un hecho que los Gobiernos del conservador Aznar y el socialdemócrata Schröder caen sistemáticamente en bandos opuestos de cualquier polémica internacional -militar, institucional o económica-, mientras que el socialista Felipe González y el democristiano Helmut Kohl formaron una auténtica piña hace sólo una década.

El protagonismo del presidente español en la gestación de la reciente carta de apoyo a EE UU firmada también por Reino Unido, Italia y seis países del Este de Europa es el último incidente que ha provocado frustración en la diplomacia germana, convencida de que ése no es el medio idóneo para construir la política exterior de la UE.

Postura ante la opinión

Ahora, tras haberse enfrentado a Schröder en el debate sobre los fondos estructurales de la Unión y sobre el futuro de su política agrícola, Aznar tiene que hacer cuentas con la pujanza de una iniciativa franco-alemana de paz para Irak que indudablemente puede comprometer aún más la posición del presidente ante la opinión pública española, mayoritariamente contraria a la guerra.

Portavoces oficiosos de España y Alemania aseguran que tanto Aznar como Schröder tienen, pese a sus diferencias, gran interés en esta 17ª cumbre bilateral que celebran hoy en Lanzarote. Por parte española se insiste en que el presidente quiere conocer de primera mano una propuesta "que no es clara, porque parece que Francia y Alemania no están en todo de acuerdo". En medios germanos se destaca que Schröder viene decidido a desplegar todas sus dotes persuasorias.

Las dos partes insisten, sobre todo, en que, pese a disensiones claras, tienen también muchos puntos de coincidencia. Los alemanes destacan el compromiso común en la lucha contra el terrorismo. El problema es que el canciller, que tiene más de 10.000 soldados en Afganistán, teme que el ataque a Irak divida a la coalición internacional y por eso se opone a él, mientras Aznar justifica su fidelidad a la posición de Washington precisamente como una necesidad del combate antiterrorista.

En estos días de continuas alabanzas a la cooperación con EE UU, los portavoces españoles no han dejado de agradecer a Alemania la entrega de Pablo Elcoro Ayastuy, el tercer etarra de aquel país que llega a España.

Los españoles señalan luego que los principales puntos de encuentro están en las declaraciones aprobadas por la UE que sancionan el desarme de Irak como objetivo común y la centralidad en la crisis del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. El problema aquí es que, para Aznar, la ONU ya ha bendecido el ataque en la resolución 1.441, mientras Schröder piensa que la guerra es tan inútil como peligrosa y que las inspecciones deben tener aún larga vida.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 11 de febrero de 2003