EE UU proporcionará refuerzos militares a Turquía, aunque no haya acuerdo en la OTAN. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, consideró ayer "una vergüenza" que "ciertos países" bloquearan las peticiones turcas y aseguró que los planes bélicos seguirían adelante, "al margen de la OTAN, si es necesario". El secretario de Estado, Colin Powell, dijo que la Alianza tenía "la obligación" de cooperar en la defensa de Turquía. Y el presidente George W. Bush se declaró "decepcionado" por la actitud francesa. Opinó que la situación afectaba "de forma negativa" a la Alianza Atlántica.
George W. Bush declaró, tras reunirse con el primer ministro australiano, John Howard, que no sentía irritación hacia Francia. "Enfado no es la palabra", explicó, "estoy decepcionado por el hecho de que Francia esté dispuesta a impedir que la OTAN ayude a prepararse a un país como Turquía". Añadió que la falta de acuerdo afectaría a la Alianza "de forma negativa".
El presidente de Estados Unidos siguió ampliando su abanico de críticas a Sadam Husein. Por la mañana participó en una convención de telepredicadores y comentaristas religiosos que aplaudieron fervorosamente sus ataques contra el líder iraquí. "Sadam Husein ve a los iraquíes como escudos humanos, totalmente desechables cuando el sufrimiento de esa gente sirve a sus propósitos", aseguró, para explicar que el presidente de Irak estaba colocando el grueso de sus fuerzas militares en áreas urbanas. "Intentaremos de todas las formas posibles salvar las vidas inocentes", prometió, "y nuestras tropas llevarán consigo comida, suministros y libertad" para los iraquíes. Por la tarde se negó a considerar siquiera las concesiones arrancadas a Sadam Husein por los inspectores, como la autorización para el uso de aviones de espionaje U2. "Es un hombre que intenta ganar tiempo. Si hacen falta los vuelos de los U2 es porque no se ha desarmado", dijo.
La intervención ante los telepredicadores formaba parte de un intenso programa de actividades, de dos semanas de duración, dirigido a convencer a la opinión pública estadounidense de la necesidad de la guerra.
La crisis transatlántica, reflejada en el Consejo de Seguridad de la ONU y en la OTAN, suponía una complicación adicional para Bush, buena parte de cuya opinión pública se mantenía tibia o abiertamente contraria a la guerra. Las desavenencias con aliados tradicionales como Francia, o nuevos, como Rusia, podría causar sin embargo una aceleración del ataque estadounidense contra Irak. La capacidad de disuasión y coacción de la dividida "comunidad internacional" sobre las autoridades iraquíes resultaba cada vez menos efectiva, lo que, según una fuente del Departamento de Estado, aumentaba el margen de maniobra diplomática de Sadam Husein y dejaba al Gobierno de Washington sin otra opción que invadir. Seguir esperando sería caro y complicaría los planes militares, sin que la unanimidad final de sus aliados estuviera garantizada, y reduciría la credibilidad de la hiperpotencia en futuros enfrentamientos. La marcha atrás nunca ha figurado entre las alternativas.
El secretario de Defensa afirmó que Turquía era "un importante aliado en la OTAN". "Es un país musulmán moderado, y me parece que la posición de esos tres países impide que la OTAN cumpla sus obligaciones", explicó. El secretario de Defensa se mostró esperanzado en que se alcanzará un acuerdo de última hora. Pero si no lo hubiera, "los planes para proporcionar a Turquía defensas aéreas, aviones-radar AWACS y protección frente a ataques químicos y biológicos seguirían adelante y se cumplirían en el tiempo previsto", al margen de la OTAN. En su opinión, la actual crisis no dañaría fatalmente a la organización: "La OTAN ha existido durante muchos años y sospecho que seguirá existiendo por mucho tiempo", indicó. En una entrevista publicada ayer mismo por varios diarios europeos, Rumsfeld decía que la actitud de "ciertos países miembros" de la Alianza Atlántica era "una vergüenza". "Esos países", afirmó, refiriéndose a Francia, Alemania y Bélgica, "serán juzgados por sus propios ciudadanos y por los demás miembros de la Alianza".
El secretario de Estado, Colin Powell, también expresó su malestar por la postura de los tres países europeos. "Espero que se den cuenta de que tienen la obligación de asistir a un miembro de la OTAN", declaró. Powell citó el artículo 4 del tratado fundacional de la OTAN, que se refiere a la ayuda contra los miembros que se vean amenazados, y manifestó que la organización estaba obligada a asegurarse de que Turquía no corriera "ningún riesgo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 11 de febrero de 2003