La coalición de izquierda -socialista, ecologista, republicana y comunista- que gobierna el Ayuntamiento de París desde hace ya casi dos años ha conocido este pasado fin de semana su primera crisis grave. Un grupo de 150 extranjeros sin documentación en regla, que formaba parte el pasado sábado de una gran manifestación parisina, decidió desgajarse de la comitiva y buscar refugio en el gimnasio de Japy, una instalación municipal. El Ayuntamiento aceptó darles cobijo hasta que llegó a oídos del alcalde, Bertrand Delanoë, que Japy iba "a convertirse en el centro operativo estable de los sin papeles".
El domingo por la noche, la policía, reclamada por el Ayuntamiento, procedió al desalojo por la fuerza del gimnasio. El alcalde se comprometió a que no hubiera detenidos y así fue, pero varios diputados ecologistas se sumaron a los sin papeles y afrontaron a las fuerzas del orden. "La imagen del alcalde sale gravemente dañada por este enfrentamiento", declaró Gilles Lemaire, primer secretario de Los Verdes. Para otro ecologista, el teniente de alcalde Yves Contassot, "no se resuelve un problema expulsando a quienes lo plantean".
Para Delanoë, "hay que tener la valentía de actuar de acuerdo con las responsabilidades que comporta el cargo". Para el alcalde socialista de la capital francesa, "es el Gobierno quien tiene responsabilidades en materia de inmigración", y dio a entender que los 150 extranjeros habían sido instrumentalizados por unos verdes deseosos de radicalizar su imagen para recuperar votos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 11 de febrero de 2003