"Mi vida está magullada como mi cara. Sólo en la nariz tengo 27 fracturas, 23 provienen del boxeo y cuatro de mi padre". Así comienza el prefacio de Más fuerte que el odio
, el libro de Tim Guénard, un apicultor francés de 40 años, casado, con cuatro hijos, que ha vendido en Francia 300.000 ejemplares de esta obra que ayer presentó en el Instituto Francés de Valencia. Guénard ha logrado alcanzar las listas de ventas francesas a través de este testimonio personal: un niño maltratado por sus padres, abandonado, que pasó por un orfanato, al que tomaron por loco e ingresaron en un manicomio, que estuvo ingresado en un correccional, fue chulo de putas y gigoló. Y todo ello con menos de 15 años. Siguió por este camino hasta acabar en la cárcel pero tuvo la fortuna, como apunta, de que una juez confió en él.
A partir de entonces su vida dió un cambio radical que le ha llevado a combinar su trabajo con la atención de chavales problemáticos en su casa, cerca de Lourdes, desde hace 20 años. Ayer, defendió con su ejemplo la posibilidad de la recuperación de toda persona por muy complicadas que hayan sido sus circunstancias vitales, labor a la que se dedica al margen de ayudas oficiales o de cualquier otro tipo más allá de la venta de miel, los libros o las conferencias. "Es como alimentar a una familia numerosa", apuntó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de febrero de 2003