La Consejería de Obras Públicas propuso ayer al Ayuntamiento de Málaga que ambas administraciones se repartan con sus propios presupuestos y operativos los programas de rehabilitación de viviendas previstos en la ciudad ante la imposibilidad de cerrar un acuerdo sobre la ejecución del convenio de colaboración en la materia.
Según esta propuesta, la Junta asumiría la rehabilitación de la fachada norte de la ciudad, que incluye las barriadas de Palma-Palmilla, Virreina y 26 de Febrero, para la que aportaría el 90% de la financiación -el resto corresponde a los vecinos- y el consistorio se haría cargo de los planes en el centro histórico, para cuya rehabilitación ya tiene en funcionamiento una oficina.
El Ayuntamiento a su vez sugirió que cada administración se haga cargo de la rehabilitación de 2.750 viviendas, la mitad de las previstas, aunque se ha dado una semana de plazo para tomar una opción. El acuerdo para el convenio de rehabilitación sigue sin producirse porque el Ayuntamiento no está dispuesto a aceptar que la gestión de los programas la haga Epsa, como está establecido por decreto y se realiza en las demás ciudades andaluzas. El Ayuntamiento sin embargo atribuye el retraso en la firma del convenio a "motivaciones exclusivamente políticas de la Junta".
La comisión mixta se seguimiento del convenio no logró ningún avance en su sesión de ayer, convocada por la consejería con carácter extraordinario después de que hace una semana el alcalde, Francisco de la Torre, anunciara que el Ayuntamiento "no esperaba más" y ponía a disposición de los vecinos el 30% de la aportación financiera que le correspondía para Palma-Palmilla. El otro 60% es gestionado por la Junta, mitad de sus fondos propios y mitad de los recibidos del Ministerio de Fomento. Las actuaciones necesarias en esta barriada están presupuestadas en unos seis millones de euros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de febrero de 2003