El presidente del Gobierno, José María Aznar, se agarró ayer al aparente clavo ardiendo que le puso en la mano el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, en el pleno del Congreso al acusarle de poner "medios españoles, batallones y fragatas, a favor de la guerra del señor Bush". Inmediatamente, Aznar aseguró que "el Gobierno de España no tiene ningún compromiso ni ha asumido ninguna decisión en cuanto a lo que significan movimientos militares". El presidente también informó al Congreso de que tomará una decisión respecto al voto de España en la ONU tras escuchar a los inspectores.
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Durante la pregunta del portavoz de IU al presidente, no estaba claro si Llamazares manejaba datos basados en algún viso de realidad o utilizaba un exceso retórico. Pero Aznar, en su respuesta, no se anduvo con chiquitas y llamó mentiroso, por tres veces, al representante de IU. "No sé a qué se refiere cuando ha hablado de compromisos, de batallones y fragatas" pero si "ha insinuado que el Gobierno de España tiene algún compromiso o ha tomado alguna decisión, quiero decirle que está mintiendo. Se lo digo claramente: está mintiendo".
Por si no se le había entendido remachó la réplica en estos términos: "Lo digo para que lo sepa, porque está faltando gravemente a la verdad, intentando engañar a la gente".
Poco después, también en la respuesta que dio a Llamazares en la sesión de control al Gobierno, José María Aznar esbozó lo que podría entenderse como un compromiso inmediato, ante la insistencia de la oposición para que el Ejecutivo aclare cuál será su postura ante el posible ataque a Irak.
Aznar aseguró ante la Cámara que "el viernes", es decir, mañana, "después de escuchar a los inspectores y teniendo en cuenta todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el Gobierno, naturalmente, decidirá". Pero la frase, con la referencia a las resoluciones de la ONU, aleja la primera impresión de inmediatez en la decisión que podría desprenderse del comienzo de la repuesta del Presidente del Gobierno.
En la tarde de ayer, además de Llamazares, el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero también preguntó a Aznar sobre la guerra. Pretendía que le aclarase cuál es su criterio ante el posible conflicto y, sobre todo, qué opinión mantendrá España en el Consejo de Seguridad.
La coherencia del Gobierno
Aznar utilizó la técnica de su primera respuesta muy breve para esperar la exposición de su contrincante: "El Gobierno será coherente con los valores que nosotros defendemos, es decir, la paz, la libertad, el respeto a la legalidad y el derecho a la seguridad en el mundo y por eso nos comprometemos".
El Grupo Socialista, en las distintas comparecencias parlamentarias de las últimas semanas ha insistido en la necesidad de ampliar el plazo para los inspectores de la ONU en Irak y en la extraordinaria importancia de su trabajo. Quizás por eso y tras haber escuchado a Aznar que tomará decisiones tras conocer los informes que harán públicos mañana, le afeó que lo manejase como apoyo a su futura política. "No hay que refugiarse en los inspectores, ahora, como usted pretende". Pero Aznar utilizó el argumento de Zapatero para devolvérselo como un duro reproche: "Ahora resulta que hace unos días nos decía que le daban igual las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y hoy le da igual lo que digan los inspectores".
Zapatero había insistido antes en que Aznar no "se atreve" a anunciar su posición ante el conflicto porque, en realidad, está ya tomada. Esa posición, según el dirigente socialista, consiste en "seguir lo que diga el señor Bush" y repitió otro argumento del Grupo Socialista en los últimos días, con la idea de que "todos los países están fijando una posición política", menos España.
Pero ya el martes, el vicepresidente primero, Mariano Rajoy, había respondido a esta incitación al decir que con ella se quiere "maniatar al Gobierno".
Aznar concluyó su respuesta con un ataque a Rodríguez Zapatero: "La paz no se regala a nadie ni viene sola. Sin seguridad no puede haber paz, y los que trabajan por la seguridad trabajan por la paz (...) Los que hacen oportunismo electoralista, hacen otra cosa distinta".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de febrero de 2003