A sus 16 años, la joven bailaora Belén López no es sólo una firme promesa del baile flamenco sino el último fenómeno que despunta en esos territorios: desde los cinco años se la ve por diversos escenarios e incluso ha llegado a trabajar con Franco Zeffirelli en Callas forever. Conocida en San Petersburgo, en la italiana Arena di Verona y en Canadá, apenas se le ha podido ver en Madrid, donde hoy debuta en el Corral de la Morería, espacio que define como "cátedra y templo del flamenco" y en el que estará, en principio, hasta final de mes.
Belén Lopez fue presentada ayer junto al joven bailaor Carlos Velázquez, que actuará con ella. Ambos fueron apadrinados por El Camborio, popular bailaor ya retirado, y por Blanca del Rey, premio Nacional de Danza. Los dos mentores coincidían en sus deseos de que los jóvenes bailen "flamenco por derecho", sin perder sus propias personalidades. "Es un regocijo ver a gente de esta edad hacerlo tan bien, aportando su huella personal, sobre todo teniendo en cuenta que estamos en la era de las copias y la mediocridad", afirmó Blanca del Rey.
La joven bailaora, nacida en Tarragona de madre cordobesa y padre sevillano, no sólo comenzó su trayectoria artística a los cinco años en un homenaje a Carmen Amaya y ante la presencia de Antonio, El Bailarín, sino que a los siete años ganó el primer premio mundial en el Concurso de Jóvenes Talentos de Cremona (Italia).
Formada académicamente a partir de los 12 años en el Real Conservatorio de Danza de Madrid, donde ya ha terminado la carrera, Belén López trabajó como primera bailarina en la Arena di Verona en las óperas Il Trovatore y Carmen, ambas dirigidas por Franco Zeffirelli, quien también la eligió para intervenir en Callas forever, junto a Jeremy Irons y Fanny Ardant.
"Fue una experiencia inolvidable, aprendí mucho, no tanto por el hecho de salir en pantalla, sino por ver cómo trabaja, cómo se mueve", señala la joven, quien se muestra abierta a la posibilidad de hacer más cine. Recién terminados sus estudios de 4º de la ESO, en la actualidad alterna su trabajo como bailarina con el aprendizaje de idiomas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de febrero de 2003