Clark MacGregor, ex congresista republicano de Minnesota que dirigió la campaña para la reelección presidencial de Nixon en 1972, y que salió indemne del escándalo Watergate, que forzó dos años más tarde la dimisión de Nixon, falleció el pasado lunes en un hospital de Pompano Beach, en Florida. Tenía 80 años y vivía en Washington.
Por invitación de Nixon, Mac-Gregor se unió al equipo de la Casa Blanca en 1971, un año después la abandonó para gestionar trabajos de coordinación en el Congreso. A eso se dedicaba en junio de 1972, cuando unos ladrones penetraron en unas oficinas del comité del Partido Demócrata, en el edificio Watergate de Washington. Con el robo empezó una cadena de acontecimientos que implicó a la Casa Blanca en espionaje nacional, financiación ilegal y conspiración para el encubrimiento, lo que hizo que se presentaran cargos contra más de dos docenas de personas implicadas como responsables de campaña o contribuyentes.
En julio, un mes después del robo, MacGregor fue nombrado presidente del comité para la reelección del presidente cuando John N. Mitchell dimitió de forma fulminante, alegando que quería pasar más tiempo con la familia. En 1975, Mitchell fue condenado por obstrucción de la justicia, conspiración y perjurio, y pasó 19 meses en una cárcel federal.
MacGregor, un republicano sin tacha, era entonces la opción más lógica para llevar la campaña. Lideró el comité incluso en los peores momentos del escándalo Watergate, se ocupó de la estrategia y de recaudar fondos, nunca sufrió acusaciones y llevó a su equipo hacia una resonante victoria sobre el demócrata McGovern.
Tras las detenciones y juicios de 1973, afirmó que a él también le habían engañado y mentido en la Casa Blanca y por parte de sus ayudantes de campaña. A partir del caso Watergate dejó la política para siempre.
Clark MacGregor nació en Minneapolis graduándose cum laude por el Dartmouth College en 1946 y dos años después por la Universidad de Minnesota. Durante la II Guerra Mundial prestó sus servicios en la Office of Strategic Services, que más adelante se convertiría en la CIA.
Ejerció la abogacía en Minneapolis hasta ser elegido representante para el Congreso, donde representó a su distrito ocho años. Tras abandonar la política se convirtió en vicepresidente de la United Technologies Corporation. Se jubiló en 1987. Deja esposa, tres hijas y ocho nietos.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de febrero de 2003