Algunos sesudos columnistas, con motivo de la no designación de Sevilla para la candidatura olímpica, han comenzado a sacar del baúl de recursos para periodistas sin imaginación los daguerrotipos de la política es el arte de lo posible y de organizar las prioridades. Qué cosas, por querer aparentar un serio y responsable sentido de la realidad demuestran haber perdido toda perspectiva en su obcecación crítica. En Sevilla, con la corporación municipal presidida por Alfredo Sánchez Monteseirín, lo posible se ha hecho (a lo imposible, como decían los romanos de la ecumene, nadie está obligado) y las prioridades bien sensibles han sido en cuanto a la constante atención a las necesidades de los barrios, tan olvidados por otras corporaciones de macetón y aspidistras. La candidatura olímpica no ha hecho menoscabo del proceso de modernización iniciado por el actual Consistorio, con una gestión abierta y participativa, con la mayoría de los programas-contratos cumplidos. Y, sobre todo, dotando a la ciudad, para bienestar de sus moradores, de unos servicios tecnológicamente avanzados, como es el caso de la recogida neumática de basuras y que, en su conjunto (PGOU, infraestructuras), suponen el mayor proceso de modernización de la historia de Sevilla. Estos hechos no pueden, si no es por razones torticeras, tratarse con frivolidad porque constituyen las bases del futuro de Sevilla, un futuro que casi es ya presente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de febrero de 2003