Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
Entrevista:TROTAMUNDOS | MANUEL DE LOPE | ESCRITOR

Interiores de Huelva

Tres años de viaje por España lleva este escritor, asido a una libretilla donde vierte impresiones, retazos de conversación, anécdotas y encuentros que después adereza con investigación personal. El resultado se llama Iberia (editorial Debate). Un híbrido personal entre guía y libro-reflexión de viajes por nueve comunidades autónomas que verá la luz a mediados de marzo. Y ya prepara el siguiente.

Dice usted que antes de su aventura era un gran desconocedor de España.

Desde luego, por eso me ha sorprendido mucho de lo que he visto. Por ejemplo, en Andalucía no se corresponde nada la realidad con el tópico taurino flamenco y de sol-pereza que conocemos.

Supongo que pegar la hebra con la población autóctona es precepto obligado del buen trotamundos.

Creo que es imprescindible hablar con desconocidos. En mi caso, lo he hecho en cada lugar. En Ayamonte, por ejemplo, paré junto a un pescador que me explicó cómo pescaba; en Murcia, un señor me mostró una finca de cultivo intensivo... Los contactos espontáneos fuera de la gran ciudad son fáciles. Sólo es preciso ir con mucho respeto por delante.

He aquí la norma número dos del buen viajero.

Sí, porque antes que ésa hay otra: no opinar. Ser muy modesto con las propias opiniones, porque es mejor no imprimir nuestra personalidad sobre lo que contemplamos. Si no, los prejuicios interfieren. Así que hay que ser humilde.

Humilde y ¿leído?

Yo he bebido de dos fuentes: de una parte, el conocimiento del lugar y su gente in situ; de otra, la investigación. En concreto, me interesa mucho la geografía. Creo que es la base del conocimiento. Y pasar mucho tiempo en cada sitio.

Dispongo sólo de una semana. Dígame adónde ir.

Se me ocurre Ayamonte, que es un pueblo precioso, con esa desembocadura del Guadiana. Un río ancho, fuerte, con personalidad. En general, todo el interior de la provincia de Huelva merece un viaje. También el sur de Ciudad Real, Sierra Madrona. Lugares a los que se da poca publicidad, pero que son preciosos.

Ojo, que después de esto le van a hacer hijo predilecto de media España.

No, por Dios. El viajero debe ser anónimo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de febrero de 2003