Primero Aula Magna, luego siguieron Opening, Brighton y Oxford English, y ahora, por lo que parece, Cambridge School, que la próxima semana presentará suspensión de pagos, con el perjuicio económico que ello representa para el alumnado. Esta vez los afectados son unas 9.000 personas.
Y lo peor es que las administraciones no toman la decisión de modificar con rapidez la ley de crédito al consumo, especialmente en lo referente a su artículo 15, el cual desampara al alumnado.
Se va repitiendo el mismo problema, y suma y sigue. Nos preguntamos si quedan ya academias de idiomas por cerrar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 16 de febrero de 2003