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OPINIÓN DEL LECTOR

Discotecas

El otro día, mi nieta fue por primera vez a una discoteca. Me pareció que empezaba muy joven (14 años), pero una amiga me reconfortó contándome las bondades de las discotecas "especializadas" en jóvenes: la iluminación es abundante, cierran pronto y, sobre todo, no se sirve alcohol. Bien. Me quedé más tranquila. Hasta que volvió mi nieta, claro. Me di cuenta de que tenemos una doble medida con las drogas: tuvo que meterse en la ducha inmediatamente y lavarse el pelo; tuvimos que tender toda la ropa que llevaba para que se aireara. Quizás no sirvan alcohol, pero parece que a nadie se le ha ocurrido que igualmente pernicioso es el tabaco que, por supuesto, se fuma profusamente. Luego, eso sí, el Ministerio de Sanidad se gasta ingentes cantidades de dinero en campañas publicitarias advirtiendo de los peligros de fumar. ¿No sería mejor prevenir?

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 17 de febrero de 2003