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Arafat apuesta por el continuismo al promover a Abu Mazen como futuro primer ministro palestino

Yasir Arafat ha decidido defender la candidatura de Abu Mazen, el número dos de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y hombre de su confianza, como futuro primer ministro palestino, en oposición a la candidatura del ministro de Finazas, Salam Fayyad, que cuenta con el apoyo de Estados Unidos e Israel.

La decisión de Arafat de lanzar con fuerza la candidatura de Abu Mazen cuenta con el apoyo del partido gubernamental Al Fatah, la fuerza hegemónica en los territorios autónomos palestinos, de la que el propio presidente es su máximo responsable y Abu Mazen uno de sus fundadores. La propuesta tiene también el apoyo de los sectores más conservadores de la clase política palestina para los que Fayyad es un "desconocido" y un hombre con "escaso rodaje político" a pesar de sus veinte años como funcionario del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington.

La candidatura de Abu Mazen, de 68 años, es la culminación de una larga carrera política al lado de Arafat. A partir de los años setenta, Abu Mazen empezó a propugnar el diálogo con los israelíes como fórmula para llegar a un compromiso, lo que le convirtió además en uno de los más firmes defensores del proceso de paz.

La candidatura de Abu Mazen, desvelada ayer por el diputado de Jerusalén, Abu Ziad, en unas declaraciones a la radio pública israelí, dejan entrever importantes discrepancias entre Arafat y su ministro de Finanzas, Salam Fayyad, originadas en los últimos días debido al cúmulo de noticias aparecidas en la prensa que lo declaraban candidato único y seguro a la jefatura de Gobierno palestino.

El enfrentamiento entre Arafat y Fayyad culminó ayer cuando la Autoridad Nacional Palestina conoció que el ministro de Finazas se había encontrado secretamente el pasado domingo con el primer ministro israelí, Ariel Sharon, en Jerusalén durante dos horas. En la reunión, Sharon y Fayyad hablaron de problemas económicos, pero sobre todo de las líneas generales de un pacto para alcanzar un alto el fuego, poniendo fin a la Intifada. Arafat reaccionó encolerizado por lo que consideró una conspiración contra su autoridad.

Las discusiones entre Arafat y Fayyad no son nuevas. Desde hace meses, el presidente mantiene serias desacuerdos con su ministro de Finanzas sobre la manera de gestionar el erario público y, sobre todo, el destino de los últimos fondos enviados por Israel, que se elevan a 530 millones de shekels (unos 18 millones de euros). Fayyad quería destinar íntegramente esa cantidad a pagar salarios atrasados de los funcionarios, pero Arafat empleó parte de ellos en beneficio del aparato de Al Fatah.

[Cinco palestinos murieron ayer en diversos incidentes en Gaza, informa Efe. Dos miembros de los servicios secretos palestinos resultaron muertos y cinco heridos cuando fueron alcanzados por un misil de helicóptero dentro del cuartel en el que se encontraban. Un tercer palestino falleció al lanzarse, cargado de explosivos, contra un carro de combate. Otros dos palestinos murieron al intentar atentar contra un asentamiento judío].

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 19 de febrero de 2003