Va para un año que vivo en San Lorenzo de El Escorial. En agosto pude contemplar el conjunto escultórico en chapa tratada de Ángel Rodríguez y Mariano Blázquez, Los fusilamientos del 3 de mayo, expuesto con otras obras en chapa en plena calle, en el certamen municipal Mínimo es grande. Tengo, como tantos admiradores de la obra, varias fotografías. Acudía extasiada al Patio de la Leñera, donde permaneció expuesta más allá del certamen; iba con y sin amigos, artistas o no. Un joven escultor me hizo observar que las esculturas no debían quedar en un futuro al aire libre, por su posible deterioro.
En uno de mis paseos para enseñar la obra a unos amigos vi que había ya sido retirada. Continué mi vida normal; antes de Navidad, haciendo las compras habituales, me acerqué a El Zaburdón, junto a la glorieta que está a la salida de San Lorenzo hacia Guadarrama. Allí, tirada en un descampado sin valla, ha estado la escultura hasta que, según leo en su periódico del 13 de febrero, alguien se ha llevado las seis figuras más representativas.
Este artículo no dice que las figuras estaban tiradas en un descampado sin valla ni protección alguna, sino que estaban depositadas en una finca del Ayuntamiento... Bueno, quizá el municipio considere que cualquier terreno sin urbanizar, edificar ni vallar, es una finca pública asegurada de cualquier percance.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 19 de febrero de 2003