La policía halló ayer en la guardería Kinder de Almería a un niño de 20 meses, atado con correas de seguridad a una tumbona, dos horas después del cierre del centro. Una tía del niño fue recogerle y se encontró con que la guardería estaba ya cerrada. Ante los infructuosos intentos por localizar a un responsable del local, se dirigió a la policía para denunciar la desaparición.
Los hechos sucedieron sobre las 15.15, cuando la tía del bebé, llamado Alejandro, creyendo que aún faltaba un cuarto de hora para el cierre de la guardería, fue a recoger al menor. Tras constatar que no contestaba nadie, que ningún familiar lo había recogido y que desconocía el paradero del niño denunció los hechos, según aseguró Maica Borbarán, madre de Alejandro.
La policía se personó en la guardería y tampoco pudo localizar a los responsables del centro. Sin embargo, escucharon el llanto del niño y procedieron a forzar una ventana para rescatar a Alejandro, que se encontraba en buenas condiciones de salud, pero muy asustado. "El niño estaba a oscuras, desesperado y llorando mucho. Espero que este suceso no le haya dejado secuelas", dijo la madre
La policía localizó y tomó declaración a una empleada y a la directora de la guardería, Ana León Zamora, quien atribuyó el suceso a un "error humano". La encargada se encontraba al cargo de cuatro niños. Tres de ellos jugaban y Alejandro permanecía dormido, por lo que la cuidadora no se percató de su presencia al cerrar el centro. "Ha sido un fallo nuestro, nunca hemos tenido ningún problema y la empleada que se encontraba en ese momento está totalmente capacitada para el puesto", explicó Zamora. La directora argumentó que "los padres y familiares del bebé no se ponen de acuerdo en el horario de salida del niño y cada vez viene a recogerlo una persona distinta".
Borbarán rechazó las explicaciones y dijo que "siempre hay algún familiar que va a recoger al niño y que nunca ha estado descuidado". La madre aseguró que la directora le llamó ayer a las 21.00, pero que se negó a hablar con Zamora. "Esto es imperdonable. Lo primero que tenían que hacer antes de cerrar es comprobar que no quedan niños. Llegaremos hasta donde tengamos que llegar", concluyó la madre de Alejandro.
Zamora indicó que no han recibido la llamada de ningún padre para solicitar la retirada de su hijo del centro, a raíz de este suceso. El delegado de Asuntos Sociales de la Junta en Almería, Luis López, calificó el hecho de "lamentable" y puntualizó que Kinder es un centro privado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 19 de febrero de 2003