El año pasado escribimos a la alcaldesa de Espartinas con motivo de la cantidad de tiros dados por los cazadores tan pronto se abre la veda (por eso la comparación con ese país), entonces en plena guerra, y además le decíamos que la flora es fácil de reponer, pero la fauna, principalmente los pájaros, el que no cae en la cazuela huye y no vuelve. Afganistán parece pacificado, al menos habrán disminuidos los tiros, pero el Aljarafe sigue igual, sábados y domingos con tiros por todas partes y en todas direcciones.
He oído decir que no se puede cazar a menos de 500 metros de viviendas y zonas habitadas. Si es así, y por la expansión de nuevas edificaciones en el Aljarafe, quizá se podría acotar una zona limitada por los ríos Guadalquivir y Guadiamar, por el Norte con Santiponce-Valencina-Albaida y por el Sur con Coria-Almensilla-Aznalcázar, aproximadamente. Toda ella quedaría unida al Corredor Verde del Guadiamar, con un posible gran desarrollo de la fauna silvestre. Y, si acaso, en las vías pecuarias y en lugares alejados de zonas construidas, fijar sitios para que los cazadores puedan seguir tirando a las aves de paso, pero que no molesten a los habitantes del Aljarafe ni al resto de los animales, incluidos principalmente los silvestres. La Consejería de Medio Ambiente tiene la palabra.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de febrero de 2003