El doctor Paul Meehl, psicólogo de la Universidad de Minnesota cuyos escritos sobre metodología investigadora, enfermedad mental y otros temas han influido sobre varias generaciones de investigadores y psicoterapeutas, murió el viernes 14 en su casa de Minneapolis a los 83 años de edad.
Sus compañeros informaron de que la causa de su fallecimiento ha sido una leucemia que padecía hace ya tiempo.
Puede que otros nombres de psicólogos norteamericanos sean más conocidos -como el conductista B. F. Skinner, por ejemplo-, pero muchos expertos afirman que la influencia del doctor Meehl en su campo es igual de profunda.
Sus escritos han sido citados profusamente, y su lectura, recomendada a todo estudiante en la carrera universitaria. Su insistencia en pensar con precisión y en tener un férreo criterio científico hizo de él un azote para algunas personas y un modelo a seguir para muchas otras.
A comienzos de la década de los años sesenta el doctor Meehl argumentó que la esquizofrenia tenía un fuerte componente genético, chocando con las opiniones de la gran mayoría de psicólogos y psiquiatras.
Cuarenta años más tarde, está ampliamente aceptada la base genética de la esquizofrenia.
En un libro publicado en 1954, Clinical Versus Statistical Prediction: A Theoretical Analysis and Review of the Evidence, el doctor Meehl, que se jubiló en 1990, pero siguió dando clases en la universidad hasta el año pasado, provocó el enfado de muchos colegas al señalar, entrando en meticulosos detalles, por qué muchos profesionales no eran buenos al pronosticar el comportamiento de la gente.
Argumentaba que un método mucho más seguro era analizar la información obtenida mediante exámenes de personalidad, entrevistas psiquiátricas y otras fuentes utilizando fórmulas matemáticas. El doctor Meehl se refería a esta obra como ese librito molesto, y muchos psicólogos dedicados a ver pacientes reaccionaron en consonancia.
"Esencialmente," afirmó el doctor William Grove, director del Programa de Investigación de Ciencia Clínica e Investigación Psicopatológica de Minnesota, "estaba diciendo que para predecir la evolución de un problema mental o futuras recaídas los psicólogos podían ser reemplazados por un conserje con una calculadora".
"Pero", señala Grove, "los datos han confirmado ampliamente su opinión".
El doctor Daniel Kahneman, el psicólogo de la Universidad de Princeton que el año pasado ganó el Premio Nobel de Economía, reconoce que la obra de Meehl ha influido mucho en él. "Lo que hizo fue algo más que señalar las limitaciones de los juicios y diagnósticos clínicos", dijo Kahneman. "Demostró que la confianza subjetiva que la gente tiene en sus opiniones no es necesariamente un indicativo de que sean correctas".
Nacido en Minneapolis, Paul Everett Meehl se licenció en la Universidad de Minnesota en el año 1941 y el doctorado en 1945. Hizo prácticas como psicoanalista y mantuvo un diván en su consulta.
El doctor Meehl fue autor de uno de los test de personalidad más utilizados, el Minnesota Multiphasic Personality Inventory.
Su eficacia como crítico del pensamiento plomizo en psiquiatría se veía reforzada por su estilo al escribir y su habilidad para acuñar frases hechas.
En su ya clásico estudio Why I Do Not Attend Case Conferences, el doctor Meehl señalaba los pecados de falta de lógica cometidos habitualmente por los psicólogos reunidos en una sesión clínica.
Uno de esos pecados era "la falacia del yo también". "Según esto, los psicólogos, tras oír sobre un comportamiento extraño de un paciente, insisten en su normalidad porque "cualquiera haría lo mismo".
La "falacia de los bizcochos del tío George", ejemplificada por el psicólogo que tras oír que un paciente había dicho que almacenaba bizcochos en el desván de su casa decía: "No hay nada de terrible en hacerlo, recuerdo que el bueno de mi tío George hacía lo mismo cuando yo era pequeño".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de febrero de 2003