Resulta grotesco que unos políticos como los del Partido Popular, que se pasaron varios años combatiendo ferozmente todas y cada una de las decisiones del entonces Gobierno socialista, un Gobierno tan legítimo y elegido con votos tan válidos como los que les auparon a ellos al poder, tengan la osadía de decir ahora que la actitud de la oposición encabezando las manifestaciones del pasado sábado contra la guerra deslegitiman el sistema democrático; un sistema que, en su peculiar interpretación de la democracia, parece ser que sólo está investido de legitimidad cuando gobiernan ellos.
Espero que cuando las urnas les devuelvan a esa oposición que ahora tanto denostan, den muestra de esa lealtad y ese respeto a la legitimidad democrática del Gobierno que resulte elegido que ahora tanto echan de menos.
Aunque me temo que para llegar a eso el talante de la derecha española tendrá que cambiar todavía mucho.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de febrero de 2003