Un acuerdo con el Observatorio Europeo Austral (ESO) permitirá a científicos y empresas españolas participar en la construcción y uso de un observatorio astrofísico gigante que se construirá en el desierto de Atacama (Chile). España ya ha participado en la fase de definición del proyecto ALMA: 64 radiotelescopios de 12 metros de diámetro que funcionarán en modo interferométrico, con lo que serán equivalentes a un radiotelescopio de entre 12 y 14 kilómetros de diámetro.
El Gobierno español dedicará a este fin 22 millones de euros hasta 2012, a pagar a medias por los Ministerios de Ciencia y Tecnología y de Fomento. Esta cantidad supone el 7,5% de la contribución europea, que es la mitad del total. La otra mitad la aportan Estados Unidos y Canadá fundamentalmente. A partir de 2006 se añadirá la contribución económica al funcionamiento del observatorio, casi 5.000 millones hasta 2012.
ALMA, la Estación Espacial Internacional, el CERN y el ITER son los cuatro proyectos más importantes -entre los considerados grandes instalaciones científicas- en los que participa España, comentó ayer Pedro Morenés, secretario de Estado de Política Científica y Tecnológica. El acuerdo con ESO no significa que España vaya a convertirse pronto en miembro de pleno derecho de la institución astronómica más importante de Europa, como han pedido reiteradamente los astrónomos españoles, aunque se le concede la posición de observador. La mayor preocupación actual es conseguir trabajo para los científicos y la industria española en la construcción del observatorio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de febrero de 2003