Un estudio hecho público ayer por el Gremio de Restauración de Barcelona ha concluido que, comparados los precios de ocho productos en seis ciudades europeas, sólo Lisboa es más barata que Barcelona. Muy por encima quedan Roma, París, Londres y Berlín.
Tomarse un café en Barcelona cuesta una media de 80 céntimos de euro, 30 más que en la capital portuguesa. Si se pide un café en Berlín, habrá que desembolsar 3 euros; en Londres, 2,75; en París, 2,50, y en Roma, 1,40. Sin embargo, hay que tener en cuenta que han sido las embajadas españolas en estos países las que han facilitado la información mediante un sondeo. El Gremio de Restauración representa a unos 3.5000 establecimientos.
Una cerveza puede llegar a costar 5,50 euros en la capital francesa, mientras que en Lisboa cuesta 60 céntimos, y en Barcelona, 1,80 euros. La diferencia es mucho mayor si se observan los precios de un menú diario. En Barcelona cuesta 7 euros; en Lisboa, 9; en Berlín, 10; en París y Roma, 15, y en Londres, 34.
A la hora de hacer el estudio, el gremio no ha tomado en consideración el poder adquisitivo de los habitantes de cada ciudad, pero su presidente, Gaietà Farràs, no le dio más importancia y afirmó que Barcelona es "líder mundial en competitividad". "Se acusa al sector de ser uno de los más inflacionistas del país, pero no es así", subrayó Farràs. A pesar de que los precios del sector se encarecieron el 5,2% en un año en España, el gremio considera que los hosteleros no son los culpables de la subida del IPC y que en ningún caso pueden mejorar la oferta comercial.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 22 de febrero de 2003