Los trabajadores del sector de discapacitados, que depende de la Consejería de Bienestar Social, nos encontramos abandonados. Tras muchos años luchando por la homologación con el sector público (parece lógico que a igual trabajo, igual salario) y con un compromiso del Director General del Discapacitado, señor Reverte, que data de 1999, no quieran cumplir sus promesas. El consejero Rafael Blasco se dedica a prometer y a vender castillos en el aire. Pasan los años y sus promesas no se cumplen. Señor Blasco, cumpla.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 22 de febrero de 2003