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AL VOLANTE | PRUEBA

Agradable y económico

El nuevo Micra mantiene las cualidades mecánicas de su antecesor y ofrece un funcionamiento equilibrado que le sitúa entre los utilitarios más avanzados. No es el más sugerente y vistoso por dentro porque utiliza algunos plásticos de aspecto pobre, pero da sensación de amplitud y tiene el tacto suave y preciso de los mejores, con una dirección muy agradable y un cambio rápido y fácil de accionar. Y aporta detalles que le distinguen, como el sistema de apertura y cierre sin llave.

Un motor económico

El Micra cuenta con un moderno motor 1.2 16v. de gasolina que se ofrece en dos versiones de 65 y 80 CV. La primera cumple en ciudad, pero si se buscan unas prestaciones suficientes para viajar a buen ritmo, con unos consumos bajos y un buen precio, es mejor la última. Ofrece una potencia bastante elevada para su cilindrada y se desenvuelve igual de bien en el tráfico urbano y en carretera porque aporta un funcionamiento muy polivalente: responde con brío casi desde 1.000 vueltas y se recupera sin tener que reducir, una virtud en ciudad. Además tiene fuerza a medio régimen para mover el peso e incluso se estira con alegría hasta 6.500 revoluciones cuando se necesita (adelantamientos, subidas largas...). Permite viajar con soltura al ritmo que se elija, aunque el ruido del motor aumenta demasiado cuando se estiran las marchas.

Este brillante funcionamiento se completa con unos consumos más bajos de lo habitual: en torno a seis litros a velocidades legales y alrededor de ocho en ciudad y conducción rápida.

Seguro en carretera

El Micra resulta muy fácil de conducir, tiene un parabrisas frontal muy amplio que aporta una gran visibilidad, y es muy ágil y manejable en ciudad. Sin embargo, y a pesar de su tamaño comedido, resulta también agradable y seguro en carretera, sobre todo con las ruedas de 15 pulgadas que monta de serie el acabado Tekna.

El pequeño Nissan es eficaz en zonas viradas: obedece al volante con precisión y se agarra bien en las curvas. Ofrece la sensación de aplomo de un coche más grande en los trazados amplios, con un chasis y unas suspensiones que absorben todo con solidez y hacen sentirse seguro al conductor. Además, los frenos son potentes, paran con garra e incluyen un buen ABS. Pero no puede incluir el control de estabilidad ESP (sólo a partir de septiembre en algunas versiones).

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 22 de febrero de 2003