El Gobierno chileno aplaudió ayer unas declaraciones del secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, en la que afirmó que Estados Unidos "no está orgulloso" de su papel de apoyo al golpe de Estado que derrocó al Gobierno democrático de Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973.
Powell hizo este comentario, que pasó casi inadvertido para los medios, en respuesta a un estudiante que le preguntó si Washington se creía "moralmente superior" para intervenir en Irak. El estudiante puso el ejemplo de Chile como una intervención de EE UU contra los deseos de un pueblo. Powell contestó: "Respecto a su comentario anterior sobre Chile en los setenta y lo que ocurrió con el señor Allende, no es una parte de la historia americana de la que estemos orgullosos".
Estas palabras fueron interpretadas en Chile como el primer reconocimiento por parte de EE UU de que jugó un papel a favor del derramamiento de sangre y la muerte del presidente Allende. El diario La Nación tituló en primera página: "Mea culpa de EE UU por el golpe de 1973". Bajo la dictadura posterior de Pinochet, que duró 17 años, alrededor de 3.000 personas fueron asesinadas o desaparecidas por sus ideas políticas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 23 de febrero de 2003