Irak estudia "detenida y detalladamente" la petición de Hans Blix para que destruya todos sus misiles Al Samud 2 y espera poder alcanzar un acuerdo. Así lo anunció ayer el general Mohamed Husam Amín, jefe del Departamento Nacional de Vigilancia, el organismo interlocutor de los inspectores. Amín pidió que no haya interferencias de Washington y Londres en este asunto, a la vez que subrayó la voluntad de cooperación de Irak. Según el general, dos días antes de la carta de Blix, Irak había invitado a los expertos de la ONU a discutir el asunto.
"Esperamos ser capaces de resolver este tema de forma pacífica entre las dos partes, sin interferencias, en especial estadounidenses o británicas", declaró el general responsable de atender las peticiones de la Comisión de desarme. En una carta entregada el pasado viernes al embajador iraquí ante la ONU, el jefe de dicha comisión, Hans Blix, pide a Irak que destruya "todos los misiles Al Samud 2 y componentes asociados". El proceso, "bajo orientación y vigilancia de Unmovic", debe comenzar el 1 de marzo.
"No tenemos intención de poner en duda los resultados de los científicos y expertos de la ONU", respondió Amín a un periodista estadounidense que le preguntó si los cuestionaba. "Esperamos que la ONU, a través de Unmovic, escuche nuestro punto de vista", explicó, "porque se trata de un tema complejo. Tenemos que sentarnos y discutirlo en reuniones técnicas". Varios responsables políticos han manifestado en las últimas horas la disposición de Irak a destruir los misiles si se comprueba que sobrepasan el alcance permitido.
En un intento de aclarar este extremo, Irak invitó ayer a los inspectores a la prueba de un motor de misil. Sus técnicos defienden que los Al Samud 2 no violan el límite de 150 kilómetros establecido por la resolución 687 y que los resultados en otro sentido no tienen en cuenta el peso de los sistemas de guía. El ensayo se llevó a cabo en un campo de pruebas cercano a Faluya, a 70 kilómetros al oeste de Bagdad. "Es la quinta vez que los inspectores presencian esta prueba", declaró el coronel Ali Yasim Husein, responsable de la instalación.
Algunos observadores han apuntado que Estados Unidos podría utilizar una respuesta negativa de Irak para reforzar sus apoyos en el Consejo de Seguridad de cara a una segunda resolución. "No creo que Bush acertara cuando dijo que este asunto era la punta del iceberg", señaló el general Amín, "los misiles no son armas de destrucción masiva, las armas de destrucción masiva son las armas químicas, biológicas y nucleares; por lo tanto, no puede ser la punta del iceberg".
Amín subrayó que "no hay necesidad para una segunda resolución porque Irak está cooperando". Y como prueba de ello citó las 780 inspecciones llevadas a cabo por los expertos de la ONU desde que iniciaran su trabajo a finales del pasado noviembre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 24 de febrero de 2003