El presidente del Gobierno, José María Aznar, ha delegado en la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, la compleja tarea de explicar hoy en el Congreso de los Diputados a la oposición la resolución sobre Irak presentada ante el Consejo de Seguridad de la ONU con la firma conjunta de Estados Unidos, Reino Unido y España. Lo hará a las 18.00 en una sesión extraordinaria de la Comisión de Exteriores del Congreso que se convocará esta misma mañana. Tendrá a la oposición en contra.
El texto que George W. Bush, Tony Blair y José María Aznar pusieron ayer encima de la mesa del Consejo de Seguridad de la ONU "decide que Irak no ha aprovechado la última oportunidad que se le brindó en la resolución 1.441", aprobada por unanimidad el 8 de noviembre pasado, y "decide seguir ocupándose del problema". Esa doble decisión se adopta amparándose en el Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, que es el que permite la intervención militar para restablecer la seguridad internacional. Es decir, la propuesta de Bush, Blair y Aznar abre la puerta a la guerra contra Irak por haber incumplido el desarme que le exigió en la resolución 1.441.
Tal como ayer mismo subrayó Bush, y ya adelantó el sábado en compañía de Aznar en Crawford (Tejas), la nueva resolución es, en la práctica, un ultimátum para que la ONU demuestre su "relevancia".
Aliados
La posición oficial del Gobierno, que defenderá esta tarde la ministra en el Congreso, es que se va a "trabajar hasta el final" para que sea el Consejo de Seguridad de la ONU el que consensúe la determinación final sobre la crisis. Oficialmente no hay posición ante un eventual -y ahora aparentemente probable- fracaso de la resolución. Washington recordó ayer que, si no hay acuerdo en la ONU, "irá con sus aliados" a la guerra.
Públicamente, el único ministro que tuvo que pronunciarse sobre la advertencia de EE UU a la ONU si no acepta su resolución fue Javier Arenas en la sede del PP. Enfatizó que la amenaza de guerra unilateral, en todo caso, "será una posición de Washington", y pidió que "se permita al Gobierno español, al menos, decir cuál es su posición". Pero esta declaración se compadece mal con la posición avanzada después por Moncloa donde se recuperó el discurso inicial del Ejecutivo: calificar de "deseable" un acuerdo en el Consejo de Seguridad que respalde la nueva resolución, pero recordar que la 1.441 legitima el uso de la fuerza.
El PP contempla la intervención armada en Irak sin el respaldo de la ONU casi como el peor de los escenarios. Lo único que podría empeorarlo es que la guerra no haya terminado el 25 de mayo, día de las elecciones.
Por otro lado, la fragata Baleares zarpó ayer de su base de Ferrol hacia Rota (Cádiz), donde se incorporará al dispositivo de escolta de buques de EE UU que atraviesan el Estrecho rumbo al Golfo, según indicaron fuentes de Defensa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 25 de febrero de 2003