Slobodan Milosevic y cuatro de sus principales colaboradores fueron imputados ayer por el Tribunal de La Haya para la antigua Yugoslavia de crímenes cometidos en los cuatro primeros meses de este año contra la población albanesa de Kosovo. Fue en esos meses cuando se agudizó la limpieza étnica en esa provincia. La acusación, acompañada de una orden de detención de los cinco imputados, ha sido aplaudida por los países de la OTAN, pese a que puede añadir un obstáculo más a la negociación diplomática.
La fiscal jefe del Tribunal, la canadiense Louise Arbour, considera que
existen pruebas suficientes para procesar a Milosevic por crímenes contra
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la humanidad y violación de las leyes de guerra. En estos dos cargos se
incluyen los delitos de asesinato de 340 personas, la deportación de más de
740.000 y persecuciones. Arbour añadió que sigue estudiando la posibilidad
de imputar también a Milosevic crímenes cometidos en Bosnia y Croacia
durante las guerras de 1992 a 1995. Estados Unidos y los demás países de la
OTAN aplaudieron el procesamiento de Milosevic y aseguraron que esta
decisión no impedirá a la Alianza continuar con su doble estrategia de
fomentar los contactos diplomáticos a la vez que mantiene una fuerte
presión militar. La secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine
Albright, descartó ayer la posibilidad de incluir la inmunidad de Milosevic
en futuras negociaciones con el régimen de Belgrado. El mediador de Rusia,
Víktor Chernomirdin, anunció que viajará hoy de nuevo a la capital
yugoslava, lo que confirma que no interrumpe su labor diplomática a pesar
de las quejas de Moscú por el procesamiento de Milosevic. Chernomordin
viajará, sin embargo, sin haber alcanzado acuerdos conocidos con el
emisario de Estados Unidos, Strobe Talbott. La acusación contra Milosevic
fue también recibida como "una buena decisión" por el líder moderado de los
albanokosovares, Ibrahim Rugova
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 25 de febrero de 2003