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Uno de los grandes

El guionista español Rafael Azcona declaró ayer: "Supongo que el antropólogo que en el futuro quiera saber algo de la Italia de los años sesenta encontrará mejor y más abundante información en la comedia cinematográfica de la época -tan injustamente tratada por la crítica más sesuda- que en cualquier otro yacimiento cultural del mismo tiempo. De esa comedia fue el principal protagonista Alberto Sordi, inolvidable intérprete de toda una galería de personajes a los que prestó no sólo su rostro, sino también su cuerpo. Que es lo que siempre hicieron los grandes cómicos: Keaton, Chaplin, Groucho, sin ir más lejos".

"La muerte de Alberto es uno de los sucesos más tristes que me han sucedido en la vida", dijo ayer en Roma Sophia Loren. Para la actriz, Sordi era el más grande actor cómico italiano junto con Totó. "Su desaparición nos deja la nostalgia y la melancolía de los tiempos pasados". Claudia Cardinale afirmó: "Era difícil estar seria junto a Alberto", y lamentó que el actor no recibiera en vida el reconocimiento que se merecía. "Con Sordi desaparece un pedazo de la historia de Italia", señaló Franco Zeffirelli. Y Nino Manfredi recordó que, junto con Tognazzi, Mastroianni y Gassman, los cuatro eran llamados "los coroneles de la comedia italiana". "Ahora sólo quedo yo". El premio Nobel Dario Fo lo definió como un actor extraordinario y de gran importancia en el cine italiano, pero sobre todo como un hombre de gran inteligencia.

Políticos y representantes de la cultura italiana rivalizaban ayer en superlativos sobre la figura de Alberto Sordi. "Inolvidable", "héroe absoluto", "un grande" fueron algunos de los calificativos hacia el actor, cuya muerte provocó un sentimiento de orfandad en toda Italia. El presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, dijo que Sordi "supo interpretar como ninguno los sentimientos de los italianos, en especial en los momentos más duros". Un "dolor inmenso" sintió el ex alcalde romano Francesco Rutelli. El actual, Walter Veltroni, acudió a la capilla ardiente con el director Ettore Scola.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de febrero de 2003