El Rey aprovechó su visita de ayer a Zierbena (Vizcaya), en dondo inauguró la central de ciclo combinado Bahía Bizkaia Electricidad, para hacer un alegato ante el lehendakari, Juan José Ibarretxe, en favor de una sociedad "plural y dinámica, respetuosa de la diversidad". El Rey, que abogó por la "integración de esfuerzos", pidió una sociedad "en la que triunfe el talante conciliador e integrador" que "acabe definitivamente con la violencia, haciendo realidad el legítimo derecho de los ciudadanos de vivir libres de toda amenaza o sombra de terror". En un discurso muy centrado en la importancia que los esfuerzos de la industria vasca ha tenido en el conjunto de España, don Juan Carlos recalcó su "fe en el futuro del País Vasco".
Sus palabras fueron precedidas por las del lehendakari, quien directamente y sin mentar el nuevo proyecto industrial, tras mostrar su repulsa a ETA señaló que la sociedad vasca no acepta "la vulneración de derechos humanos" ni el recorte de la democracia o la "incomunicación" de las instituciones públicas. Ibarretxe insistió en este último aspecto y señaló que la voluntad de los vascos es "construir" y "no romper".
Así, Ibarretxe pidió respeto en las relaciones institucionales, en clara referencia a la ausencia de relaciones entre las Administraciones central y vasca. De hecho, manifestó que la inauguración de ayer, a la que también acudió el vicepresidente segundo del Gobierno, Rodrigo Rato, debe ser una muestra de esa normalidad.
Rato respondió horas más tarde a Ibarretxe tras un encuentro con empresarios en Getxo (Vizcaya): "En esos mensajes siempre estamos todos de acuerdo; lo importante es aplicarlos". El vicepresidente indicó que las "buenas voluntades" se deben demostrar y preguntó a Ibarretxe por qué su Gobierno no se "digna" contestar a las cartas del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, sobre las ayudas a los ciudadanos del País Vasco por la catástrofe del Prestige.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de febrero de 2003