El Gobierno de Convergència i Unió (CiU) anunció ayer la próxima creación de un equivalente catalán del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) para tratar de cortar la espiral de errores y manipulaciones en los sondeos públicos detectados en las últimas semanas. El portavoz del Gobierno, Felip Puig, y el jefe del Ejecutivo, Jordi Pujol, admitieron ayer en el Parlamento catalán la cascada de errores, pero negaron que pueda hablarse de manipulaciones y descartaron cualquier dimisión. "Si alguien tuviera que dimitir, que no lo creo, tendría que ser por inútil o tonto", afirmó.
El portavoz adjunto del Grupo Popular, Daniel Sirera, y el presidente del de Iniciativa per Catalunya-Verds (ICV), Rafael Ribó, llevaron al pleno de la Cámara las "gravísimas manipulaciones" en los sondeos oficiales de la Generalitat puestos de manifiesto por EL PAÍS. Ambos consideraron el escándalo impropio de una democracia y exigieron que alguien del Departamento de Presidència, controlado por el delfín de Pujol, Artur Mas, asuma responsabilidades por la "vergüenza". "No haga de escudo humano", le espetó Ribó a Pujol.
Todos los grupos de izquierda y el PP señalan al conseller en cap, Artur Mas, y a su equipo como responsables de los errores en los sondeos oficiales, que siempre han beneficiado al Gobierno catalán y al mismo delfín de Pujol. CiU ha tratado de que su candidato quede al margen de la polémica y ayer éste ni siquiera siguió el debate de la interpelación presentada por el PP, a pesar de que este grupo reclamó insistentemente que fuera Mas el que ofreciera explicaciones.
Sucesión de "errores"
A principios de 2001, el Gobierno de CiU entregó a la Cámara un sondeo con tablas falsas que rebajaban las notas de los principales rivales políticos de Mas -los socialistas Pasqual Maragall y José Montilla y el democristiano Josep Antoni Duran-. En el mismo estudio se fabricó la evaluación de Pujol y se la hizo coincidir con la de Maragall. Estas modificaciones exigieron alterar 150 registros de una muestra de 800 personas.
No fue la única encuesta con "errores": Otro barómetro ocultó las buenas notas conseguidas por Duran y por el hoy líder del PP catalán, Josep Piqué; el Ejecutivo de Pujol mutiló un sondeo oficial que reprobaba su política eléctrica y escondió durante tres años otra encuesta que revelaba la oposición ciudadana a la construcción de un campo de golf.
Pujol dijo asumir la responsabilidad de los errores, aunque consideró que "alteran mínimamente" los resultados. El presidente de la Generalitat, que descartó cualquier dimisión, se comprometió personalmente a que "estos errores no vuelvan a suceder".
La receta que anunció el Gobierno catalán para evitar nuevas manipulaciones fue la reorganización del área del Gobierno que supervisa las encuestas y la futura creación de un CIS. Paradójicamente, CiU y el PP vetaron a principios de legislatura la creación de un organismo autónomo para elaborar encuestas, una propuesta formulada por la izquierda. El Ejecutivo también dejará de elaborar barómetros sobre la acción de gobierno, que desde 1998 elaboraba la empresa Line Staff.
El anuncio de creación de un CIS catalán no apaciguó los ánimos de la oposición y ni siquiera del PP. Todos los partidos de izquierda -socialistas, ICV y ERC-, al igual que el PP, subrayaron que la medida no garantiza que "dejen de manipularse los sondeos" y exigieron al Gobierno que asuma responsabilidades. Los tres partidos de izquierda señalaron que el Ejecutivo "pretende desviar la atención tras haber sido cogido in fraganti manipulando u ocultando encuestas".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de febrero de 2003